Soldadura de tubos de acero inoxidable: TIG vs. HF
El propósito del artículo de hoy es explicar las diferencias entre la soldadura TIG y la de Alta Frecuencia (HF) en el tubo de acero inoxidable. Lo haremos de una forma sencilla pero clara, porque lo más importante es entender que no hay una soldadura mejor que otra, sino que el campo de aplicación del tubo será lo que nos va a dirigir hacia una tecnología de producción u otra.
En la soldadura TIG (Tuegsten Inert Gas), el fleje, una vez formado, pasa por el arco que forma un electrodo y que produce un intenso calor. Este funde sus bordes y los une mediante un cordón de soldadura profundo y ancho. Además, para garantizar un buen proceso de soldadura y evitar la entrada de oxígeno que provocaría oxidación, el electrodo y la zona de soldadura se protegen con gas. En el caso del acero inoxidable argón e hidrógeno. Una vez realizada la soldadura, esta se descordona para eliminar todos los restos que hayan quedado en la superficie del tubo. También se pueden eliminar, si es requerido, los restos que hayan quedado en la parte interior de la soldadura mediante el proceso de laminado.
En la soldadura por alta frecuencia, el sistema es distinto. El fleje pasa por una bobina de inducción que emite una corriente alterna de alta frecuencia creando un campo magnético. Como el acero es un buen conductor, la corriente fluye sobre su superficie y calienta los bordes que se funden mediante un cordón poco profundo, muy estrecho y localizado. Este método de soldadura se caracteriza por su alta velocidad, que puede llegar a ser de entre 20 y 30 veces superior que en el proceso por TIG.
Precisamente es la diferencia entre estos dos procesos lo que va a provocar las desigualdades entre los dos tipos de tubos. Los soldados por TIG van a tener un cordón profundo y ancho, pero una zona térmicamente afectada mucho más amplia. Esto va a permitir que sean tubos muy resistentes a la manipulación posterior en procesos estresantes como la embutición, el abocardado o el curvado. En cambio, presentarán un mayor riesgo de corrosión en la zona térmicamente afectada (ZTA) si no se protegen bien posteriormente (con aislamientos, decapados, solubilizados o pulidos mecánicos) en función de las características de su zona de instalación.
Por otro lado, en los tubos soldados por alta frecuencia, el cordón es muy estrecho y mucho menos profundo, por lo que su comportamiento delante de procesos complejos es menos eficiente. Sin embargo, su zona térmicamente tratada es menos amplia, y por tanto disminuyen los riesgos de corrosión por este motivo.
Por último, el tubo soldado por TIG presenta un proceso de producción más lento. Esto añadido a su propia tecnología facilita el control de los parámetros y permite garantizarlos a lo largo del tiempo. Este control de parámetros de forma continua y estable resulta más difícil en el proceso de la alta frecuencia (más rápido), por lo que en determinados sectores donde esta garantía es muy importante (químico, petroquímico o farmacéutico…) no se permite el uso de tubo soldado por alta frecuencia. Otros sectores, que no necesitan esta garantía, pueden beneficiarse del mejor coste que puede ofrecerse con el proceso de alta frecuencia (más rápido).
Así pues, no existe realmente una tecnología mejor que otra para soldar tubos de acero inoxidable, sino unas aplicaciones diferentes con soluciones especificas para cada una de ellas.