Mujeres Inoxidables

Muchas veces damos por hecho que la incorporación de la mujer al mundo laboral ya es de absoluta normalidad. Creo que no me equivoco si digo que esta afirmación todavía está muy lejos de la realidad. Todavía hay una presencia significativamente menor de mujeres en el ámbito laboral a todos los niveles y en prácticamente todos los sectores.

Cuando hablamos del sector en el que estoy trabajando desde hace ya más de 24 años, el del acero inoxidable, esta presencia es todavía mucho menor. Valga decir que la situación es ahora mucho mejor que cuando yo empecé, pero también es verdad que aún nos queda mucho trabajo por hacer.

Todavía me acuerdo de una de las primeras reuniones del sector del tubo a las que asistí. De las quince personas que estábamos sentadas a la mesa, directores o propietarios de empresas, yo era la única mujer. Este hecho me hizo reflexionar sobre la situación, y todavía hoy me cuesta entender por qué hay tan pocas mujeres en nuestro sector. Seguramente hay muchos factores que han influido, muchos de ellos quizás relacionados con la dureza de las condiciones laborales del sector de la metalurgia en general. Quizás hayan influido también los propios condicionantes que las mujeres nos imponemos a veces, el tan famoso techo de cristal que nos creamos, priorizando nuestra vida personal y familiar por delante de nuestras carreras.

Pero las nuevas tecnologías y procesos de producción en nuestro sector, las mejoras legislativas y sociales para poder compaginar las dos facetas de la vida y sobre todo la educación y la voluntad de las mujeres están empezando a conseguir que las cosas vayan cambiando poco a poco. Hace dos semanas asistí a una reunión con unos clientes alemanes (por videoconferencia, cómo no en estos estos últimos tiempos…) y me sorprendió ver que, de los seis asistentes, cinco éramos mujeres, todas ellas con posiciones jerárquicas importantes. En nuestra propia empresa, la presencia de la mujer, aunque todavía en inferioridad, está aumentando sin parar en los últimos años.

Mi experiencia me dice que en la variedad está la riqueza, tanto en la variedad de género, como de raza, de creencias, de edad… Cada ser humano, con sus particularidades, aporta valor, objetivos, prioridades y visiones distintas. Las mujeres también. Que participemos en los procesos, tanto desde las fábricas como desde las oficinas o desde los Consejos de Administración, mejorará los resultados. No soy sólo yo la que lo pienso, está demostrado.

En el Grupo Lapuente, y en Isotubi dentro de él, impulsamos la integración de la mujer en el mundo del inoxidable en igualdad de condiciones. Todavía queda camino por recorrer, pero estoy segura que vamos a ver a muchas más mujeres en nuestro sector en los próximos años y en todos los niveles jerárquicos. Y con ello, ¡el inoxidable todavía será mejor!

Meritxell Arnedo
Directora General de Isotubi (Grupo Lapuente)